por René Morales Zepeda
Soy hombre: duro poco
y es enorme la noche.
Pero miro hacia arriba
las estrellas escriben.
Sin entender comprendo
también soy escritura
y en este mismo instante
alguien me deletrea.
Hermandad, Octavio Paz
…en el infinito silencio mido mi voz…
El Infinito, Giacomo Leopardi
Desde antes del antes1,
antes que naciera el Infinito2,
la Nada susurraba en rincones desconocidos3;
murmuraban aún oscuras las estrellas,
las cosas, “los Números”4 que no eran
y los misterios5 que siempre han sido.
Eran todos los tiempos6 tejidos,
los secretos7 no portaban sombrías mascaras8.
1 En el presente, hay racimos de todos los antes; hay jardines de esas cenizas que nos hablan aún de su muerte. ↩︎
2 Patio trasero donde arroje las semillas de mis ojos para que germinaran mis dudas, mis palabras, incluso la Nada, que es mala yerba que siempre crece. ↩︎
3 Hay lugares no pronunciados o no vistos o no escuchados. Hay lugares que no se conocen a sí mismos, lugares que no conocen lo desconocido. ↩︎
4 “Jorge Luis Borges, Historia de la Eternidad. Libros Tauro. Pág. 6 ↩︎
5 Collar que llevamos en el alma cargado de preguntas, de barcos incandescentes de dudas que vacilan en nuestro interior. ↩︎
6 Corona o cadena, susurro siempre pendiente de la piel; gusano o mariposa que se posa bella o tenebrosa en nuestros huesos. ↩︎
7 El enigma en su discreta alquimia invento noches, luz e historias indescifrables detrás de cortinas tejidas de estrellas. ↩︎
8 Impenetrable la máscara que ocultan los días donde sueños, plegarias, miradas y fantasmas del mundo se repiten acabada la noche. ↩︎
ni había necesidad de erguirse
en indestructibles estatuas9,
o patrias mezquinas de alma.
Todo era Todo.
Todo era Nada.
Pero en el instante10 interrumpido,
el Orden y el Caos…
la muerte y la vida,
luego el hombre11 hizo escándalo,
arrojo su exceso, su ruido12,
y se llenaron los campos de guerras13,
de ira, de insólitos vacíos
que ahora carcomen el mundo.
9 Toda roca habla en silencio su desastre o su grandeza; toca al hombre hacer de ella la guerra o la belleza. ↩︎
10 De eternidad están hechos todos los momentos de los hombres, y de esta misma gloria, recibimos sepultura en la memoria de las Cenizas. ↩︎
11 El hombre en su inocencia se inventó a sí mismo; su historia y su amor levantaron con litúrgicos odios monumentos de vida. ↩︎
12 Hay sonidos tan feroces como el alma, que gritan tan fuerte como el mundo, derribando silencios y muros de inquietud. ↩︎
13 Cuando oí el rugido del trueno rojo, me dijo: “Ven”, y entonces degolló la Paz en la guillotina de la Humanidad. ↩︎