por Elsa Herrera Bautista
Resumen:
El concepto “niños de la calle”, popular en los denominados países del tercer mundo durante las décadas de 1980 y 1990, fue útil para visibilizar una multiplicidad de relaciones que niñas, niños, adolescentes y familias mantenían con las calles en contextos urbanos. Durante esas décadas, gobiernos, organizaciones civiles, medios de comunicación y universidades, realizaron diversas acciones orientadas a la comprensión y atención de esta población. En México, la relación entre infancia, adolescencia y calle ha sido objeto constante de representación cinematográfica. En este artículo se explora el papel de la fantasía y lo fantasmático en relación con la infancia y la adolescencia en situación de calle, tomado como ejes el marco legal y las representaciones de este fenómeno en cuatro películas mexicanas, para indagar sobre sus efectos políticos.
Palabras clave: Infancia y adolescencia en situación de calle, fantasía, estructura fantasmática, cine, despolitización.
Abstract:
The concept of “street children”, popular in the so-called third world countries during the 1980s and 1990s, was useful to make visible a multiplicity of relationships that children, adolescents and families maintained with the streets in urban contexts. During those decades, governments, civil organizations, the media and universities carried out various actions aimed at understanding and caring for this population. In Mexico, the relationship between childhood, adolescence and the street has been a constant object of cinematographic representation. This article explores the role of fantasy and the phantasmatic in relation to children and adolescents in street situations, taking as axes the legal framework and the representations of this phenomenon in four Mexican films, in order to investigate their political effects.
Keywords: Childhood and adolescence in street situations, fantasy, phantasmatic structure, cinema, depoliticization.
Infancia y adolescencia en situación de calle en México
Durante las décadas de 1980 y 1990 en México, como en varios países de Latinoamérica, se llevaron a cabo diversos esfuerzos para la comprensión y atención de la infancia y la adolescencia en situación de calle. Tanto a nivel nacional como en el plano estatal, ha sido el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) la instancia encargada de desarrollar las acciones más consistentes en este sentido. En 1987, dentro del DIF comienza a operar el programa Menores en Situación Extraordinaria (MESE) en diez estados de la República Mexicana y para 1991 alcanza cobertura nacional. Sólo cuatro años después este programa se transforma en el MECED (programa de atención a Menores en Circunstancias Especialmente Difíciles). Ambos programas basaron gran parte de su quehacer en las “zonas receptoras de niños y jóvenes callejeros, es decir, se tenía la idea de atender a esta población en su propio ambiente y desarrollar la figura del educador de calle”. En los años de 1999 y 2002 el DIF, en conjunto con UNICEF, coordinó los Estudios de niños, niñas y adolescentes trabajadores en 100 ciudades, que hicieron visible el hecho de que la mayoría de los llamados “niños de la calle” utilizaban esta sólo como sitio de trabajo, tenían lazos familiares y un hogar, a menudo conflictivo, al cual volver1.
En 2001, tras comprobar que el gobierno no contaba con recursos financieros ni humanos suficientes para solventar las problemáticas implicadas en la situación de calle, se instauró el programa De la calle a la vida, fincado en el objetivo de articular e impulsar el conocimiento y la experiencia de las organizaciones de la sociedad civil, que por esos años llevaban ya un par de décadas de trabajo en el territorio. De la calle a la vida podría pensarse como un gran fracaso del gobierno, pues casi desde el principio fueron evidentes sus limitaciones. El gobierno lanzó la invitación a las organizaciones civiles para proponer una estrategia nacional de intervención, las organizaciones aceptaron, pero el gobierno comenzó a publicitar la estrategia antes de que estuviera terminada, lo cual generó desconfianza. Una de las primeras acciones del programa De la calle a la vida, fue la venta de monedas de plata conmemorativas con las cuales se esperaba recaudar nueve millones de pesos para canalizarlos a ONG que presentaran modelos exitosos de atención a niños de la calle2. En esta lógica, el programa De la calle a la vida consistió básicamente en la asignación de recursos -generalmente escasos- a organizaciones civiles3. Este hecho es consistente con el modelo de economía neoliberal, en el que actores privados asumen funciones estatales y muchas veces utilizan recursos públicos para extraer ganancias y aumentar sus privilegios4. A partir de 2006 la situación se complicó con el despliegue de la denominada guerra contra el narcotráfico, cuando las calles y los niños, niñas y adolescentes en y alrededor de ellas, se encontraron directamente con la violencia y con la delincuencia organizada.
En 2014, con la publicación de la Ley General de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (LGDNNA) se hizo un replanteamiento del papel de gobierno y sociedad civil frente a la infancia y la adolescencia en su conjunto. Si bien, desde 1989, cuando México ratificó la Convención de los derechos del niño (CDN), se perfilaban el tránsito del modelo tutelar al modelo garantista y la necesidad de entender a niñas, niños y adolescentes, ya no como objetos de protección/ corrección, sino como sujetos de derecho, es con la LGDNNA que se plantea una estructura institucional para materializar este enfoque. Aunque en 2000, todavía durante la administración de Ernesto Zedillo, ya se había publicado una Ley para la protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes, esta no contemplaba el establecimiento de medios de implementación5.
En la LGDNNA se reconocen veinte derechos y se mandata la creación de Sistemas de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA) en los niveles nacional, estatal y municipal, teniendo el interés superior de la niñez y el derecho a participación como principios rectores6. El desdibujamiento de la niñez percibido en las administraciones anteriores parece sustituido por la conciencia de que niñas, niños y adolescentes deben estar al centro de la política pública y de las acciones gubernamentales. Este movimiento se dio gracias a la presión ejercida por la sociedad civil y a las observaciones de instancias internacionales tales como el Comité de los derechos del Niño7.
En 2021 la Comisión para la Igualdad Sustantiva entre Niñas, Niños y Adolescentes (CISNNA) publicó la Estrategia de atención y protección integral a la niñez y adolescencia en situación de calle 2022- 2024 junto con las estrategias de atención y protección a la a la niñez y adolescencia con discapacidad y niñez y adolescencia indígena y afrodescendiente8. En este documento se reconoce que no hay información precisa sobre la cantidad de niñas, niños y adolescentes en situación de calle y se recurre a datos indirectos para calcular la magnitud del fenómeno. Asimismo, se repasan conceptos como niñez de y en la calle y se recurre al término poblaciones callejeras para encuadrar las problemáticas de este sector de la infancia y la adolescencia, a saber: cifras sobre pobreza infantil, sobre población residente en Centros de Asistencia Social (CAS) o usuaria de dormitorios y albergues. Considerando las observaciones realizadas al estado mexicano por organismos internacionales, la CISNNA determinó cuatro ejes prioritarios: Derecho a la identidad; Acceso a servicios de salud (incluida salud sexual y reproductiva) y alimentación; Acceso y permanencia en el Sistema Educativo; y Vida libre de violencias. Además, el documento enlista la normativa nacional que mandata la protección y atención de niñas, niños y adolescentes en situación de calle.
A partir de los trabajos de la CISNNA, el fenómeno de la niñez y la adolescencia en situación de calle parece resurgir después de un período de invisibilización en un contexto en donde la violencia agudizó esta problemática.
La ley y la fantasía
De acuerdo con Zizek, la fantasía sostiene la realidad y en este sentido es parte de la misma. La fantasía sostiene la realidad porque la oculta y vuelve tolerable aquello que, de hecho, puede tener la forma de una experiencia grotesca. La fantasía expresa el deseo. La estructura psíquica que sostiene la fantasía, lo que constituye su raíz y su principio de existencia, es lo fantasmático. Lo fantasmático es, en esencia, la falta que da pie al deseo9.
Con relación a la niñez y adolescencia en situación de calle, la evolución y el fortalecimiento del marco legal pueden pensarse como la proyección de una fantasía casi delirante producida por (o para) tres agentes: el gobierno, la sociedad civil y los organismos supranacionales. Hay leyes que, de manera evidente, sirven a los deseos y necesidades de grupos específicos de la sociedad. Recordemos, por ejemplo, que a lo largo de la historia ha habido leyes que favorecen la discriminación o la exclusión de las personas migrantes, las personas afrodescendientes o las mujeres. Un caso actual y extremo son las leyes producidas por el régimen talibán. Esto no es lo que ocurre actualmente con las leyes en México. Con el paulatino avance del discurso sobre los derechos humanos, destacando en este proceso las luchas feministas por la igualdad de género, las leyes tienden a promover el acceso universal a la dignidad y a la libertado, es decir, garantizan el ejercicio de los derechos humanos. Para avanzar en la comprensión de este proceso, tomaré como eje de reflexión la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (LGDNNA).
La LGDNNA se publica en 2024, casi quince años después de la primera ley mexicana que específicamente habla de derechos de niñas, niños y adolescentes y a treinta y cinco años de la ratificación de la Convención de los Derechos del Niño (CDN). En la construcción de la LGDNNA hubo una intensa participación de organizaciones civiles, algunas con más de un par de décadas de trayectoria en el trabajo con diferentes sectores de la infancia y distintas especialidades (educación, salud, derechos, nutrición, etc.). El rasgo más importante de esta ley es que propone una manera de lograr sus objetivos: la conformación de Sistemas de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA). En estos sistemas, cuya existencia se mandata a nivel nacional, estatal y municipal (si un estado tiene 217 municipios, de acuerdo con la LGDNNA deben existir 217 SIPINNA municipales), confluyen los titulares del poder ejecutivo y las personas titulares de un buen número de Secretarías, así como representantes de la sociedad10. Los SIPINNA deben ser coordinados por una Secretaría Ejecutiva para el diseño, la implementación y la evaluación de programas de protección integral de niñas, niños y adolescentes a nivel nacional y local11. La LGDNNA tiene entre sus objetivos:
Garantizar el pleno ejercicio, respeto, protección y promoción de los derechos humanos de niñas, niños y adolescentes conforme a lo establecido en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en los tratados internacionales de los que el Estado mexicano forma parte12.
En la LGDNNA se reconocen veinte derechos, por ejemplo: el derecho a la paz a la vida, supervivencia y el desarrollo, a la identidad, a la familia, a una vida libre de violencia, libertad de expresión, libertad de asociación, al descanso y al esparcimiento, a la educación, seguridad jurídica, acceso a la tecnología, etc.
Poco antes de la publicación de la LGDNNA, en 2011, los derechos humanos adquirieron en México rango constitucional, es decir, que todo el marco legal nacional debe estar orientado a su garantía. Ese mismo año también se reformó el artículo cuarto de la Constitución Política para incluir el interés superior de la niñez:
En todas las decisiones y actuaciones del Estado se velará y cumplirá con el principio del interés superior de la niñez, garantizando de manera plena sus derechos. Los niños y las niñas tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral. Este principio deberá guiar el diseño, ejecución, seguimiento y evaluación de las políticas públicas dirigidas a la niñez13.
A diez años de la publicación de la LGDNNA y casi quince años después de la reforma constitucional en materia de derechos humanos, cada artículo proyecta sobre la vida de millones de niñas, niños y adolescentes en México, una suerte de fantasía que se actualiza en las ceremonias de instalación de los SIPINNA, en la conformación de comisiones, en los encuentros de las titulares del DIF, en las firmas de convenios, en las asambleas de las organizaciones de la sociedad civil e incluso en el ejercicio de consultas infantiles y juveniles. Que la totalidad de niñas, niños y adolescentes acceda al pleno ejercicio de sus derechos luce improbable cuando analizamos las estadísticas sobre pobreza o revisamos la prensa local, pero también cuando salimos a pasear y se nos acerca un niño pequeño pidiendo una moneda u ofreciéndonos dulces que tiene a la venta.
Así, tenemos que “la fantasía es una mentira primordial, una pantalla que oculta una imposibilidad fundamental”14 sin embargo, la fantasía no constituye una mera realización alucinatoria, sino un mecanismo que oculta un estancamiento, un antagonismo reprimido. La LGDNNA y todos los rituales que de ella derivan pueden entenderse como una orientación del deseo que permite al gobierno sostenerse en su relación con una multiplicidad de otros, particularmente con las organizaciones de la sociedad civil y con organismos como el Comité de los derechos del Niño.
La fantasía y lo fantasmático en algunas representaciones cinematográficas
Como señala Zizek al hablar de exterioridad material15, la realidad en torno al pleno ejercicio de los derechos, se encuentra permanentemente a la vista, por ejemplo, en los cruceros donde hay niños haciendo malabares, en los carteles que en cada poste anuncian la desaparición de niñas, niños y adolescentes y en las notas de prensa.
El cine constituye un medio interesante para explorar la relación entre la fantasía, la realidad y lo fantasmático porque permite el juego con la convergencia expresiva de todas estas fuerzas. A la par de los procesos jurídico-institucionales mencionados en el apartado anterior, la realidad vivida por niñas, niños y adolescentes en situación de calle (comúnmente conocidos como niños de la calle) ha sido objeto de representación cinematográfica constante en México. Los olvidados es probablemente la película más emblemática al respecto16. En un registro diferente, pero también con una intención documental, se encuentran Perro callejero 1 y su secuela, que relatan la historia de un niño que crece sin familia y sin nombre17. Estas películas se realizaron antes de que los derechos de la infancia y la adolescencia cobraran relevancia en el marco legal mexicano y también antes de que la violencia del crimen organizado se hiciera presente en la vida cotidiana de amplios sectores de la población. En 2001, se estrena De la calle, dirigida por Gerardo Tort y basada en la obra de teatro homónima de Jesús González Dávila18. Quince años después, aparece Vuelven, dirigida por Issa López19. Esta lista no abarca el total de películas y documentales que podrían relacionarse con la infancia y la adolescencia en situación de calle en México, es simplemente una muestra de que el tema ha estado presente de manera constante en los circuitos de cine comercial. Para fines de este análisis me concentraré en estas películas, porque la conjunción de los títulos de la primera y la última me parece sintomática (Los olvidados vuelven) y porque representan momentos diferentes de la relación entre la fantasía, lo real y lo fantasmático, con complejas implicaciones políticas.
De manera general, con relación a la red de relaciones que componen el horizonte de realidad de cada historia, las películas presentan una paulatina disolución de instituciones de apoyo y un macabro ascenso de organizaciones que socaban y amenazan la experiencia vital de los personajes.
En Los Olvidados, aparecen sobre todo la policía y la Escuela Granja, como la “mano dura” y la “cara amable” del gobierno. Mientras la policía persigue y controla a los niños y jóvenes en situación de calle, la Escuela Granja se presenta ante ellos como una oportunidad para “enderezar el camino”, apuntando a la fantasía, mostrando lo que es deseable. Resaltan el trato amable del director de la Escuela, la política de puertas abiertas y el espacio amplio e iluminado. La familia, en el caso del protagonista, se concentra en la figura de una madre incapaz de amar -por tanto, cuidar- a su hijo, debido a la violencia que marcó su maternidad (Pedro es fruto de una violación). La huella del padre es una huella de violencia que pesa sobre la madre y el hijo y también es el corazón de la estructura fantasmática que sostiene la fantasía que representa la Escuela Granja.
En Perro callejero, aparece exclusivamente la “mano dura” del gobierno, encarnada no sólo por la policía en las calles, sino también en las instituciones de readaptación. En esta película ya se trasluce la relación entre el crimen organizado localmente (ligado a la venta de drogas) y la policía. Respecto a la familia, en este film está ausente. El padre del protagonista es asesinado en una riña callejera desde el comienzo de la historia y su madre lo abandonó al nacer. El protagonista no llega a recibir siquiera un nombre, toda la gente lo llama “Perro”. Aquí el abandono de la madre y la muerte del padre son la base fantasmática para la fantasía de la familia que persigue Perro. Además, se nos presenta una incipiente sociedad civil que, a través de la figura del “padre Maromas”, brinda un apoyo precario a niños y jóvenes en situación de calle: comida preparada con sobras conseguidas en el mercado, un refugio casi en ruinas y, sobre todo, consejo y orientación moral.
En De la Calle, la madre del protagonista es más bien violenta y negligente y el padre abandonó el hogar. Este último constituye un hecho preponderante, la historia gira en torno a la necesidad (deseo o fantasía) que tiene el protagonista de reencontrarse con su padre. Respecto a la institucionalidad, lo que se presenta es una policía corrupta, que violenta y persigue a niñas, niños y adolescentes. Hay identidad total entre autoridad policiaca y traficantes de drogas.
Ya entrado el siglo XXI, Vuelven exhibe un borramiento de las instituciones de educación y asistencia tanto públicas como privadas. La única institución que se percibe fugazmente es una escuela secundaria que cierra sus puertas tras un tiroteo. En cambio, los grupos criminales, que tienen el control del gobierno, son quienes marcan el ritmo de la historia, enfrentados directamente con un grupo de niños y una adolescente. La familia nuclear está hecha trizas, se alude a hogares con jefatura femenina, sin embargo, las mujeres-madres están desaparecidas por acción del crimen organizado. No obstante, niñas y niños mantienen un recuerdo positivo de sus madres. La fantasía de la madre amorosa y buena se sostiene en la mujer desaparecida y asesinada.
Llama la atención que esta última historia se cuenta cuando México tiene su “mejor” ley sobre derechos de niñas, niños y adolescentes, el interés superior de la niñez tiene rango constitucional y la secretaría ejecutiva del SIPINNA nacional está en pleno uso de sus facultades. Este momento coincide con las secuelas de la llamada guerra contra el narcotráfico, con hechos como Tlatlaya y Ayotzinapa y con el auge de crímenes como el feminicidio y la desaparición. Mucho más que experimentar con la fantasía de la ley, a las niñas, niños y adolescentes de localidades urbano–marginales, les toca encarar la realidad. Si Los olvidados y el Perro callejero -sin LGDNNA ni SIPINNA en el horizonte- encuentran directamente instituciones o por lo menos adultos que tienen alguna posibilidad o intención de mejorar su realidad; De la calle y Vuelven, muestran a niñas, niños y adolescentes enfrentados a la realidad nada más que con sus propias fuerzas y astucias. A su alrededor sólo existe el vacío de la pérdida. En De la calle, la única esperanza viene del dinero y de escapar de la ciudad, que se reduce a una cloaca-vecindad-mercado. En Vuelven, el tema es más complejo, y en cierto sentido, más desolador: la esperanza viene de la violencia y, sobre todo, de lo sobrenatural, que es tenebroso, pero también liberador.
La fantasía y sus efectos políticos
La relación entre la fantasía, lo real y lo fantasmático es harto compleja. Todos estos elementos se contienen mutuamente, a un tiempo se afirman y se niegan dando lugar a configuraciones y efectos políticos diversos. Tanto la extensión de lo real mediante una fantasía jurídico institucional, como su limitación a través de una fantasía sobrenatural, pueden tener un efecto despolitizador si contribuyen a oscurecer la violencia de la dominación, desconectando la fantasía de su raíz fantasmática. Muchas veces esto explica no sólo la génesis, sino la permanencia de la fantasía.
A continuación, citaré extractos de un diario de campo que llevé cuando, hace varios años, realicé entrevistas a familias, niñas, niños y adolescentes en situación de calle:
Doña C no puede evitar hablar de su hija muerta. La llama D y aunque trata de mantenerse compuesta, por momentos se le llenan los ojos de lágrimas y se le quiebra la voz. [Su hija era] una adolescente que murió hace más de dos años en condiciones poco claras: La policía dijo que fue un suicidio, Doña C no está de acuerdo, ella piensa que alguien la mató, dice que los policías ni siquiera investigaron, que simplemente porque su hija tenía un mecate enredado en el cuello dijeron: ella solita se ahorcó. Doña C se culpa por no haber insistido en que investigaran, porque ella, lo dice varias veces, no cree que su niña se matara. Era alegre, era muy buena. Doña C también cuenta que cuando se fueron a vivir a otro lado, ésta, su verdadera casa, se incendió. El cuarto que se erigía antes en ese terreno era todo de cartón y una noche fueron a avisarle que se estaba quemando. El fuego consumió un palo –debe hablar de un árbol, pero no fui capaz de interrumpirla y preguntarle— que le recordaba mucho a D. No sabe por qué, pero cada vez que miraba el palo se llenaba de rabia, de maledicencias. Después del incendio, doña C se sintió aliviada, el palo se hizo cenizas junto con todo lo demás y el recuerdo de su hija encontró una especie de sosiego. Los vecinos le dijeron que unas horas antes del fuego habían visto a una niña bailando alegremente, de lejos, con el cabello suelto, delgada. Doña C dice, como queriendo contagiar su asombro, que le describieron, sin haberla conocido, a su hija […] Me di cuenta de que lo que no resuelven las autoridades puede resolverlo el fuego. Un sentimiento sustituyó la necesidad de una explicación racional. Doña C ha encontrado una especie de consuelo porque el espíritu de D danzó alegremente entre la hierba y la basura.
En este relato, igual que en Vuelven, la fantasía sobrenatural juega un papel definitivo en la resolución del conflicto, allá donde no alcanza a proyectarse la fantasía jurídico- institucional y la realidad se presenta “pesadillezca”. Sin embargo, en mi relato se observa un efecto desmovilizador y despolitizador: la resignación de la madre evitó un cuestionamiento activo sobre el papel de las autoridades. En Vuelven, la fantasía sobrenatural genera una movilización: lo sobrenatural permite la huida y la eliminación del enemigo (un asesinato en defensa propia, tal vez una venganza) y, sin embargo, Estrella termina sola frente a un campo abierto, sin una estructura que la sostenga.
En este punto, y dado que niñas, niños y adolescentes, pueden considerarse como la raíz fantasmática de la fantasía jurídico institucional que el gobierno, la sociedad civil y los organismos supranacionales representan para sí mismos, resulta indispensable recuperar y analizar las fantasías actuales en relación con este grupo, partiendo de su realidad, sus carencias y deseos. El cine y, en general, las narraciones y fantasías que se construyen sobre, para o con niñas, niños y adolescentes en situación de calle son importantes porque inciden sobre la orientación del deseo. Quienes crean películas deberían cultivar esta conciencia.
Notas al pie.
1 Herrera Bautista Elsa. “Estado juventud y exclusión: Entre la calle y el conflicto con la ley”. Tesis doctoral en Sociología. BUAP. 2007.
2 REDIM ¿Qué es De la calle a la vida? 2003.
3 Mendoza Corona Evangelina «Análisis del programa «De la calle a la vida» implementado en el estado de Puebla por el DIF estatal bajo el enfoque de política pública.» Tesis de maestría en gobierno y administración. 2014.
4 Ortega Ortiz, Reynaldo Yunuen y Ma. Fernanda Somuano Ventura. “El periodo presidencial de Felipe Calderón Hinojosa”. Revista Foro internacional, 55(1), 5-15. 2015.
5 Cámara de diputados del H. Congreso de la Unión. Ley para la protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes.
6 Cámara de diputados del H. Congreso de la Unión. Ley General de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes.
7 Tejiendo redes infancia. Recomendaciones sobre los derechos de niños, niñas y adolescentes emitidas por organismos internacionales para América Latina.
8 CISNNA. Estrategia de atención y protección integral a la niñez y adolescencia en situación de calle 2022-2024.
9 Žižek Slavoj. El acoso de las fantasías. (Madrid: Ediciones Akal, 2011). eLibro.
10 Capítulos tercero y cuarto de la LGDNNA.
11 Capítulo sexto de la LGDNNA.
12 Artículo 1 LGDNNA
13 Estados Unidos Mexicanos. Constitución política.
14 Žižek Slavoj. El acoso de las fantasías. p. 28.
15 Žižek Slavoj. p. 8.
16 Buñuel Luis. Los olvidados. Ultramar films. 1950.
17 Gazcón Gilberto. Perro callejero. Valentín Trujillo. 1980.
18 Tort Gerardo. De la calle. Lilian Haugen y Héctor Ortega. 2001.
19 López Issa. Vuelven. Marco Polo Constandse, Tania Benítez, Carlos Taibo y Francisco González Compeán. 2017.
Referencias
Buñuel Luis. Los olvidados. Ultramar films. 1950.
Cámara de diputados del H. Congreso de la Unión. Ley General de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (DOF 4 de diciembre de 2014) Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes
Cámara de diputados del H. Congreso de la Unión. Ley para la protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (DOF 26 de mayo de 2000) Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (www.gob.mx)
CISNNA. Estrategia de atención y protección integral a la niñez y adolescencia en situación de calle 2022-2024 NNA_en_Situaci_n_de_Calle_Estrategia_Atenci_n_y_Protecci_n_Integral.pdf (www.gob.mx)
Estados Unidos Mexicanos. Constitución política Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
Gazcón Gilberto. Perro callejero. Valentín Trujillo. 1980.
Herrera Bautista Elsa. “Estado, juventud y exclusión: Entre la calle y el conflicto con la ley”. Tesis doctoral en Sociología. BUAP. 2007.
López Issa. Vuelven. Marco Polo Constandse, Tania Benítez, Carlos Taibo y Francisco Gonzpalez Compeán. 2017.
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Tejiendo redes infancia. Recomendaciones sobre los derechos de niños, niñas y adolescentes emitidas por organismos internacionales para América Latina. Infancia latina. #TejiendoRedesInfancia – Recomendaciones sobre los derechos de niños, niñas y adolescentes emitidas por organismos internacionales para América Latina.
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