Danaé Gómez
Maestra(c) en Ciencias del Lenguaje en el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSyH) de Puebla.
RESUMEN
Este trabajo busca contextualizar la situación actual por la que pasa México en tiempos pandémicos, tanto política, social, económica y tecnológica, con el fin de visibilizar el problema que trae consigo la propagación de noticias falsas de Covid-19, contemplando que México es el segundo país a nivel mundial en la generación de estas.
Palabras claves: fake news,pandemia, México, cibercultura.
ABSTRACT
This paper seeks to contextualize the current situation that Mexico is going through in pandemic times, both political, social, economic and technological in order to make visible the problem that the spread of fake news from Covid19, considering that Mexico is the second country in the world in the generation of these.
Keywords: fake news, pandemic, Mexico, cyberculture.
INTRODUCCIÓN
La pandemia provocada por el virus SARS-Cov-2, proveniente de China, ha contagiado en el mundo a más de 23 800 692 personas, de las cuales lamentablemente más de 816 534 han fallecido. Nuestro país pasó del número cinco al número cuatro y ahora es el número tres en registrar más muertes en todo el mundo, seguido de Estados Unidos como número uno y Brasil como número dos. Estos datos han sido emitidos por la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia Coronavirus UNAM[1], la cual también apunta que suman 60 800 muertes confirmadas en México y un total de 563 705 casos, con actualización al 25 de agosto de 2020. Como se ha observado desde mediados del mes de marzo, que se empezó a agudizar el número de contagios en México, el virus está latente, sigue reproduciéndose y la curva epidémica no se ha logrado disminuir de forma significativa, además de que existe una interminable crítica acerca de las decisiones que se han tomado desde los gobiernos tanto federal, estatal y municipal, provocando diferentes reacciones por parte de la ciudadanía. Inclusive a modo de oposición hacia el presidente, se ha formado un grupo llamado Frente Nacional Anti AMLO (FRENA), el cual es un movimiento que se autodenomina ciudadano y pacífico[2], que ha organizado diferentes protestas en varios estados de la república, a través de caravanas de autos —adaptándose a la nueva normalidad y a la generación de contaminación para apoyar ideas de derecha. Se invita a leer cuidadosamente las propuestas en su página web[3].
Además del surgimiento de este grupo, durante la pandemia se hicieron visibles en la plataforma digital Twitter el 15 de abril de 2020, México ya recibía al virus con un rezago e inequidad social, que lamentablemente está en aumento como consecuencia de la pandemia, y es la gente de escasos recursos la que se está viendo más afectada. Aunado a esta realidad, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) informó que en América Latina uno de cada tres habitantes caerá en la pobreza tras esta crisis sanitaria[4].
El COVID-19 ha hecho que cambiemos por completo los viejos hábitos que teníamos, la vida que solíamos tener ya no existe, incluso la interacción entre las personas también ha cambiado drásticamente: por un lado el contacto físico disminuyó gradualmente y mientras menos contacto se tenga con el exterior o con otras personas, menor será el riesgo de contraer el virus o infectar a otros. El vivir una pandemia no es nada divertido. Podemos observar que durante este tiempo de distanciamiento social y de tantos cambios en el mundo entero, los sentimientos y emociones también se ven afectados ya que, si la vida en México y en el mundo en general era un tanto “reflexiva” con muchas injusticias y desigualdades, ahora con la pandemia se multiplicó esa inquietud.
Tomando en cuenta que la situación económica y laboral en México es deplorable, un gran número de personas trabajan de manera informal por lo que no cuentan con prestaciones laborales como el seguro médico, y además, están obligadas a salir de casa necesariamente para poder generar ingresos y mínimo alimentarse. En este sentido es esta población la que ha sido más vulnerable ya que siete de cada 10 mexicanos que han muerto por la pandemia (71%), tenían una escolaridad de primaria o inferior (primaria incompleta, preescolar o sin estudios). Los anteriores resultados son parte del estudio “Mortalidad por Covid-19 en México. Notas preliminares para un perfil sociodemográfico”, del doctor en Ciencias Sociales Héctor Hernández Bringas, que forma parte del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIMM) de la UNAM[5]. La frase “o muere uno de COVID o de hambre” se ha visto en las calles y escuchado de personas que no tienen otra alternativa más que salir a laborar. Además cientos de mexicanos perdieron su trabajo por esta situación, el salario mínimo no alcanza para mantener a una familia, hay gente que con pandemia o sin pandemia no tiene qué comer. Sin mencionar que existen casos de mujeres que sufren violencia de género y durante el confinamiento desafortunadamente se encuentran encerradas con su agresor, como Sandy García señaló el 7 de mayo de 2020 en el portal del VIGEM Observatorio de Violencia de Género en Medios de Comunicación[6], aunque el Presidente Andrés Manuel López Obrador presumió que en las familias mexicanas hay “fraternidad”, las denuncias por violencia familiar incrementaron 23.4% en marzo de 2020, mes que inició la cuarentena, respecto al mismo mes de 2019. Es decir, pasaron de 16 397 denuncias a 20 232.
La inseguridad sigue en incremento y el sistema de salud podría colapsar si no acatamos las órdenes gubernamentales. También está la situación de los ancianos y las personas con enfermedades crónicas, que abundan en México, como diabetes, hipertensión y obesidad, quienes son más vulnerables a morir por el COVID-19. Inevitablemente, pensamos en nuestros seres queridos con más de 60 años y quienes pertenecen a los grupos vulnerables. Encima, inquieta el futuro que es tan incierto en estos momentos y lo más fácil es tratar de no pensar, simplemente no pensar tanto para no traer ansiedad a nuestras vidas que es lo último que necesitamos.
Tras pensar las situaciones a nivel político, social y económico, también toca cuestionar la información que estamos consumiendo en los medios de comunicación y redes sociales. Este pequeño trabajo tiene como objetivo ilustrar el panorama en donde estamos situados; México, año 2020, durante la pandemia provocada por el virus SARS-Cov-2, donde la mayoría de la gente que cuenta con un smartphone lo usa para: 1) entretenerse, 2) informarse, 3) comunicarse. Tras el incremento de la interacción en el espacio virtual a causa de la pandemia, también se han incrementado las fake news o noticias falsas que circulan en la red, lo cual es una problemática contemporánea ya que, en lugar de informar, hacen lo contrario: confundir a las personas provocando miedo y pánico colectivo, con intereses propios de quien las propaga. Para comprender la magnitud de la cuestión antes mencionada, es necesario abordar los aspectos básicos de la cibercultura, la situación de México en cuanto al uso de las tecnologías y las fake news, con el fin de contextualizar dónde nos encontramos ahora mismo desde un punto de vista crítico, por lo que se tratarán cuestiones teóricas de los temas antes mencionados y se mostrarán algunos casos de fake news en México.
De Lima[7] en el trabajo “Web 2.0: plataforma para la reconfiguración de la educación en la cibercultura”, apunta que en la actualidad las tecnologías digitales de la información y comunicación (TIC) están fuertemente presentes en la vida cotidiana de las personas. La rápida y creciente apropiación social de estas tecnologías señala la expansión y consolidación de la cibercultura[8]. Así, nuestra contemporaneidad es caracterizada por los hábitos sociales de producción y consumo de información, reconfiguraciones de las relaciones de trabajo/ocio y creación de nuevas maneras de comunicación, lo que necesariamente induce a transformaciones de orden económico, sociocultural, político, etc., mediadas por las TIC.
La época contemporánea en la que vivimos integra un incremento de la noción de subjetividades, Castells[9] habla acerca de las nuevas construcciones de comunidad e identidad en torno a los procesos de tensión entre escenarios locales y globales que provocan la emergencia de diferentes tipos de comunidades. En este sentido la relación entre identidad y subjetividad autorreferencial fue retomada por Lévy[10] en sus estudios sobre los nuevos ambientes (físicos y digitales) y los sujetos que transitan en ellos. Según Lévy, se está consolidando un proyecto de construcción de subjetividades, el cual es considerado como la actividad económica principal del presente siglo. Esta idea es una de las claves para comprender el contexto de las fake news.
Desde finales del siglo XX comenzaron a surgir delimitaciones de los nuevos escenarios digitales, así surgió el término “ciberespacio” creado por Gibson en 1997, que dotó de trascendencia mítica el escenario de las conexiones entre computadoras y se convirtió en una nueva palabra que introduciría a la forma contemporánea de comunicación e interacción entre personas. A partir del concepto de ciberespacio surgió gran parte de los análisis de los ambientes digitales de la época. En el siglo XXI, los estudios sobre ambientes digitales han reforzado la tendencia a clasificar estos sobre la base del desarrollo de interacciones e interactividades. O’Reilly[11] introduce el concepto de web 2.0, clasificando la historia de internet en web 1.0, 2.0 y web semántica. Este concepto de la web como ambiente de interactividad e interacción fortaleció la noción de inteligencia colectiva propuesta por Lévy, la cual profetiza un ambiente global, democrático, conectado en múltiples dinámicas cooperativas y colaborativas en el ciberespacio.
Lévy[12] define a la cibercultura como un conjunto de técnicas, prácticas, actitudes, modos de pensamiento y valores que se instituyeron con el ciberespacio. Es la unión de redes e infraestructura y comunicación formada por la interconexión global de las computadoras. Es en ese espacio virtual e interactivo que se efectivizan los accesos a los recursos remotos de servidores de redes, las transacciones de comercio electrónico, la permuta digital de archivos, la comunicación en tiempo real en formato textual o audiovisual, el correo electrónico, etc. Para Jones[13], autor que ha incorporado la idea de una cibersociedad dentro de la cibercultura, y fundador de la Asociación de Investigadores del Internet (AOIR por sus siglas en inglés), ha señalado las ventajas de la comunicación mediada por computadora:
- Crea oportunidades de educación y aprendizaje.
- Crea nuevas oportunidades de participación democrática.
- Establece culturas en una escala sin precedentes.
- Reestructura una interacción humano-máquina.
Es dentro de este último punto, reestructuración de interacción humano-máquina, que entra el uso de dispositivos móviles. Al respecto con la interacción en el mundo digital, desde hace algunos años hemos sido testigos del cambio en la manera de informar por parte de los medios de comunicación, quienes pasaron de lo físico, como por ejemplo el papel impreso, a lo digital. Existen medios tradicionales que se volvieron digitales y algunos medios independientes que surgieron en los portales de internet, estos sólo se pueden leer digitalmente. Los últimos datos de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información de los Hogares (ENDUTIH) 2019, realizada por el INEGI[14], la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, y el Instituto Federal de Telecomunicaciones, arrojan que México, con una población de 119 938 473 de habitantes según el censo de INEGI 2015, alcanzó los 80.6 millones de internautas y 86.5 millones de usuarios de comunicaciones móviles, de los cuales 95.3% usan Smartphone. Los tres principales medios para la conexión de usuarios a internet en 2019 fueron: celular inteligente (Smartphone) con 95.3%; computadora portátil con 33.2% y computadora de escritorio con 28.9%. Un dato que sirve para ilustrar el contexto mexicano en relación con las fake news es el resultado de las actividades de los usuarios de internet en 2019, los cuales reflejan que: el 91.5% de los usuarios utilizó internet para el entretenimiento, el 90.7% para la obtención de información, mientras que el 90.6% para comunicarse. Solo el 16.8% realiza operaciones bancarias en línea y el 22.1% hace compras en línea. Estos últimos porcentajes del uso del internet para hacer otras operaciones por medio del espacio digital indudablemente se han incrementado desde la cuarentena.
Como se puede observar en los datos anteriores, la mayoría de los mexicanos usan el internet como medio de entretenimiento, después para informarse, y por último para comunicarse. Así es que más de la mitad tiene una interacción con una máquina; sin embargo, aunque pareciera que esta nueva era digital trae consigo progreso y un avance en la comunicación, como lo señala Jones (1995, 1998, 1999, 2003) en las ventajas de la Comunicación Mediada por Computadora, el ciberespacio trae consigo otros grandes problemas. Uno de ellos es la veracidad de la información que se consulta, se comparte y se recibe.
Ya que la mayor parte de la población mexicana cuenta con un dispositivo móvil y se informa a través de él, representa un alto porcentaje de filtración de fake news en los Smartphones de las personas. Luis Ángel Hurtado, profesor-investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, realizó una investigación sobre las noticias falsas en México durante la pandemia “Radiografía sobre la difusión de fake news en México”[15], donde señala que México vive una propagación de noticias falsas en redes sociales y hasta en algunos medios de comunicación tradicionales. Para Hurtado (2020), este tipo de noticias llegan a afectar el estado de ánimo en la sociedad, lo que a la vez ocasiona pánico e histeria colectiva, por lo que las fake news son alarmantes.Además señala que a nivel internacional México es el segundo país, después de Turquía, con la mayor generación de noticias falsas.
En esta encuesta se tomaron en cuenta las cinco redes sociales más utilizadas en el país para observar en cuál se comparten más noticias falsas:
Instagram: 91%
Whatsapp: 90%
Twitter: 89%
Facebook: 88%
Youtube: 83%
Este investigador recomienda cinco pasos para evitar la propagación de esta información imprecisa: 1) no creer por completo lo que circula en redes sociales, 2) darse unos minutos para corroborar la noticia antes de compartir, 3) guardar la calma, 4) no dejarse llevar por los impulsos ni hacer comentarios deliberados si no se tiene la veracidad de la noticia, y 5) mantenerse informado por las autoridades nacionales e internacionales del sector salud y seguir las normas de sanidad establecidas para evitar contagios.
En el marco de las fake news en la sociedad mexicana y lo que representan tanto en el espacio virtual como en el real, la UNAM, a través del Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad (PUEDJS), ha ofertado un curso masivo abierto en línea titulado “Periodismo digital y combate a las fake news”[16]. En este curso, diferentes periodistas, profesores y especialistas abordan temas que van desde la nota periodística hasta la era digital y las noticias falsas. En estas sesiones Blance Petrich, periodista de la Jornada, señala que un verdadero periodista es aquella persona que está en la calle realizando reportajes y basa su trabajo a la realidad de los hechos. Además de que la nota es la materia prima con la que se trabaja en el ámbito periodístico, la información original de la nota se recolecta en el momento y responde a las preguntas: ¿qué?, ¿quién?, ¿cuándo?, ¿dónde? También añade lo complejo que es redactar o decir con un registro coloquial la información para que al lector le sea sencillo comprender lo que está leyendo.
En este curso, Carlos Monedero, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid, comenta que el capitalismo convierte el conocimiento en mercancía para beneficio del mercado. Otro punto que señala, bastante interesante, es que con la llegada de la web 2.0 y el desarrollo tecnológico, ahora las redes sociales son los marcos capitalistas por donde se convence a la gente de lo que está “bien”. Además de remarcar que las redes sociales no son gratuitas, cobran a los usuarios a través de los datos personales. Con la información que proporcionan los usuarios es posible inducir el miedo, para que de esta forma las personas no pretendan cambiar la realidad. Además confirma la existencia de un monopolio de los medios de comunicación. Este catedrático sostiene que en la actualidad es necesaria una alfabetización audiovisual para los internautas. En este aspecto Eduardo Martínez Gómez[17], en Aula Planeta, plantea que hoy en día con la popularización y el acceso a programas capaces de manipular imágenes que no necesitan ningún referente real para existir, la verdad no es necesaria para elaborar un discurso convincente tomando de referencia imágenes intervenidas o creadas para manipular. En un entorno marcado por la postverdad solo se necesita responder a las expectativas del receptor para que estas adquieran credibilidad. Gómez sostiene que una educación en alfabetización audiovisual puede ser capaz de empoderar a aquellos que la reciban para conocer los mecanismos narrativos de toda forma audiovisual y, así, ganar en autonomía individual y social. Además señala que, por ejemplo, la Unión Europea considera necesaria una formación en alfabetización mediática (audiovisual) como una forma de contrarrestar la fuerza de la postverdad en los medios de comunicación, digitales o no, a través de un documento firmado en 2018 en el que, además, se calcula que un 85% de la ciudadanía de la Unión percibe la recepción de información falsa o engañosa como un problema.
Por lo que respecta a la estructura y elementos que integran a estas noticias falsas Vamanu[18] en su estudio Fake News and Propaganda: A Critical Discourse Research Perspective describe a la propaganda como un discurso que hace uso extensivo de figuras retóricas, lenguaje emotivo y definiciones persuasivas[19], por lo que argumenta que las fake news son en su naturaleza propaganda. Vamanu sostiene esta postura a través de las afirmaciones del filósofo Jason Stanley, quien afirma que la propaganda busca sobrecargar varias capacidades afectivas, como la nostalgia, el sentimiento o el miedo y colocarlas detrás de una meta que avanza a un ideal explícitamente proporcionado. Además, la propaganda es un discurso construido en torno a poderosas dicotomías (por ejemplo, el bien contra el mal; puro contra impuro) que se utilizan para etiquetar grupos particulares y funciona asociando estos grupos con los términos peyorativos de las dicotomías, y así justifica su marginación y opresión[20]. Para ampliar este concepto de “propaganda” en el trabajo de Vamanu menciona que la Media Literacy for Citizenship, ONG europea dedicada al avance de la alfabetización mediática, categoriza a las noticias falsas en diferentes tipos de “noticias” que difieren según los términos de su motivación e impacto como la propaganda: clickbait, contenido patrocinado, sátira y engaño, error, partidista, teoría de la conspiración, pseudociencia, desinformación y bogus[21]. Tres de estos tipos de noticias falsas (propaganda, partidista y teorías de la conspiración) forman un grupo especial que el autor nombra “propagandístico”, los cuales muestran una dimensión afectiva e implican relaciones de poder de una manera que los otros tipos de noticias falsas no lo hacen.
Fairfield[22] considera a las noticias falsas como un instrumento de propaganda, ya que recientes investigaciones de estudios periodísticos han documentado los usos propagandísticos verticales de noticias falsas en casos de reputación manchada. Las fake news se han utilizado estratégicamente como entretenimiento de propaganda, una combinación de material escandaloso, culpa y denuncias, música dramática e imágenes engañosas sacadas de contexto. Los estudios vinculan la propagación exitosa de noticias falsas con la manipulación de los sesgos cognitivos de los consumidores. Estos sesgos pueden explicar las formas en que las personas adquieren creencias al estar expuestas a ellas repetidamente. Los sesgos cognitivos también pueden explicar el porqué las personas son reacias a descartar creencias cuando se enfrentan a evidencia que va en contra de sus creencias.
Para ejemplificar las fake news que se han registrado en México, tanto en medios digitales como tradicionales, se toma la nota del periódico Sin Embargo “Cadáveres falsos, toques de queda… Las noticias falsas se acumulan en México durante la pandemia”[23], en la cual se hizo una recopilación de las noticias falsas más sonadas. En este trabajo se toman en cuenta dos de estas, las cuales están relacionadas directamente con el istema de salud público mexicano. La primera se trata de una nota con el título “Prueban con fotos muertes por COVID-19”, que apareció en la primera plana del Diario de Juárez, periódico impreso, con una foto presuntamente vinculada a un hospital de Chihuahua que muestra bolsas de plástico negras que supuestamente contienen cadáveres. Suceso que fue falso ya que esa foto se refiere a un hospital en Ecuador.
Portada de El Diario de Juárez (Foto: infobae)
Otro ejemplo de fake news en México fue la que protagonizó el actor y comediante mexicano Eugenio Derbez, quien a través de un video solicitó ayuda para el IMSS de Tijuana, ya que un supuesto doctor le pidió expresar un llamado de auxilio en su carácter de figura pública para ayudar al personal médico de esta supuesta institución, a falta de equipos y materiales de protección. Sin embargo, el IMSS de las dos entidades a través de comunicados expresó que las dos situaciones eran falsas.
A MODO DE CONCLUSIÓN
Como señala el filósofo Slavoj Zizek[24], la propagación continua de la epidemia de coronavirus también ha desencadenado grandes epidemias de virus ideológicos que estaban latentes en nuestras sociedades, como las noticias falsas, teorías de conspiración paranoicas o explosiones de racismo. Así, las noticias falsas son un virus ideológico que había estado latente durante los últimos años en México y el mundo entero, simplemente que ahora se han multiplicado a través del uso de los dispositivos móviles para crear caos colectivo durante esta situación, de naturaleza ya caótica.
Después de examinar las condiciones de comunicación e interacción con la información a través de las nuevas tecnologías, es interesante observar que nos encontramos en una era digital donde coexistimos en dos espacios, el virtual y el real. Cabe señalar que con la llegada de la pandemia se incrementó la frecuencia de interacción en el espacio virtual, lo que genera indudablemente el beneficio económico de las compañías de redes sociales y plataformas digitales en general. Bien se sabe que en internet nada es gratuito, a cambio de nuestros datos e información es que nosotros como internautas podemos hacer uso de las plataformas digitales.
Este fenómeno se puede estudiar desde el enfoque de los Estudios Críticos del Discurso ya que en las fake news se muestran relaciones asimétricas de poder, según sea el objetivo y caso de inclusión, exclusión o subordinación de algún personaje, las cuales claramente ejercen su influencia en determinado tipo de público el cual está dispuesto a creer esas “verdades” para acreditar algún tipo de ideologías. Así Wodak, R., & Meyer, M.[25] señalan que esta perspectiva del discurso, que es de origen interdisciplinario, permite analizar, entender y explicar un fenómeno social y así poder ser cambiado. Se complementa de diferentes teorías, métodos, análisis, aplicaciones y otras prácticas del análisis crítico del discurso, teniendo como interés principal los procesos sociales de poder y los significados lingüísticos usados por élites para intensificar inequidades en la sociedad. Como se ha visto a lo largo de este trabajo, las noticias falsas se propagan discursivamente en el espacio digital y se ve reflejado en el espacio real en las prácticas sociales ocasionando pánico y, seguramente, es liderado por grupos de poder que buscan desestabilizar las emociones o conducta de los mexicanos con fines propios.
A la hora de recibir o encontrarnos frente a una noticia falsa, debemos tomar en cuenta los usos propagandísticos de estas y tratar de comprender a través de una lectura crítica: qué es lo que se está poniendo en juego en cierta nota, o cuál es la ideología que predomina para poder desenredar la trama que lleva dentro y así verificar su veracidad. Además, sería de mucha ayuda la alfabetización de personas en cuanto a habilidades audiovisuales o multimodales para que sean los mismos usuarios de las tecnologías que puedan detectar este tipo de noticias o contenido en la red que tiene objetivos oscuros como la manipulación de la opinión pública según sus intereses. Lo más importante en estos tiempos de pandemia y de fake news es crear conciencia en los usuarios de internet acerca del contenido que se consume en redes sociales. Es oportuno visibilizar este problema en México ya que como antes se mencionó, más de la mitad de los mexicanos están interactuando en este espacio digital. Que México sea el segundo país a nivel mundial en la propagación de noticias falsas nos indica que el capitalismo cognitivo y el proyecto de construcción de subjetividades, actividad económica principal de este siglo, que menciona Lévy (2004), están desarrollándose rápidamente en el espacio real y virtual mexicano. Es tiempo de actuar antes de que se materialice lo que George Orwell afirmara en su momento: “terminaremos odiando a las víctimas y amando a los verdugos”.
Notas
[1] Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia CORONAVIRUS, https://covid19comisionunam.unamglobal.com/ Cabe señalar que este trabajo se inició a finales de abril, donde la cifra de muertos no pasaba de dos mil. A lo largo de este trabajo también México ha pasado del número cinco, al cuatro y ahora al número tres en el rango de países con más muertes en el mundo a causa de este virus. Hace apenas unas semanas, a mediados de agosto llegamos a los 60 mil muertos, lamentablemente la cifra va más en aumento. Además recientemente se han detectado casos en Hong Kong, Holanda y Bélgica de personas reinfectadas de COVID-19.
[2] Forbes Staff, “¿Qué es el Frente Nacional anti-AMLO y quiénes lo apoyan?,” Forbes, 31 de mayo de 2020, https://www.forbes.com.mx/politica-que-es-el-frente-nacional-anti-amlo-quienes-lo-apoyan/
[3] Frente Nacional Ciudadano-FRENA, https://frena.com.mx/
[4] Luis Ramos, “Uno de cada tres caerá en pobreza en AL por pandemia: ONU,” La silla rota, 10 de julio de 2020, https://lasillarota.com/mundo/uno-de-cada-tres-caera-en-pobreza-en-al-por-pandemia-onu-pandemia-coronavirus-covid-19-onu/411579
[5] Ernesto Méndez, “71% de los mexicanos muertos por Covid-19, con escolaridad de primaria o inferior,” EXCELSIOR, 09 de septiembre de 2020 https://m.excelsior.com.mx/nacional/71-de-los-mexicanos-muertos-por-covid-19-con-escolaridad-de-primaria-o-inferior/1393033?fbclid=IwAR0n_60SWr7MK0J6fpudxsxBcJ8qivJyaKP0oGu0gjL_ldNppv2TF6twqW8
[6] “¿Subió la violencia de género en México durante la pandemia de Covid-19?,” OVIGEN, 19 de mayo de 2020, https://ovigem.org/subio-la-violencia-de-genero-en-mexico-durante-la-pandemia-de-covid-19/05/2020/
[7] Marcio Roberto de Lima, “Web 2.0: plataforma para la reconfiguración de la educación en la cibercultura,” Alteridad 8, no. 1 (julio-diciembre, 2013): 144-154.
[8] André Lemos y Pierre Lévy, O futuro da Internet: Em direção a uma ciberdemocracia planetaria (São Paulo: Paulus, 2010).
[9] Manuel Castells, A sociedade em rede (São Paulo: Paz e Terra, 1999).
[10] Pierre Lévy, Inteligencia colectiva, por una antropología del ciberespacio (Washington: OMS, 2004).
[11] Tim O’Reilly, “¿Qué es web 2.0?. Patrones del diseño y modelos del negocio para la siguiente generación del software,” Boletín de la Sociedad de la Información: Tecnología e Innovación 3 (23 de febrero de 2006): 177-201. https://www.analfatecnicos.net/archivos/97.QueEsWeb2.0.pdf
[12] Pierre Lévy, Cibercultura (São Paulo: Editora 34, 1999).
[13] Steven G. Jones, ed., Cibersociedad 2.0 (Barcelona: Editorial UOC, 2003).
[14] INEGI, “En México hay 74.3 millones de usuarios de internet y 18.3 millones de hogares con conexión a este servicio: ENDUTIH 2018,” comunicado de prensa, no. 179/19 (2 de abril de 2019), https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2019/OtrTemEcon/ENDUTIH_2018.pdf
[15] Universidad Nacional Autónoma de México, “Además de pandemia por covid-19, México enfrenta propagación de noticias falsas,” Dirección General de Comunicación Social, https://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2020_318.html
[16] Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad (PUEDJS) de la UNAM abrió un curso masivo abierto en línea titulado Periodismo digital y combate a las fake news. Está dividido en diferentes bloques con videos de especialistas que explican el periodismo, los retos en esta era digital que conlleva a estas situaciones de sobreinformación como lo son las noticias falsas. UNAM, “Curso Masivo Abierto en Línea Periodismo Cultural y combate a las fake news,” Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad, http://dialogosdemocracia.humanidades.unam.mx/curso-periodismo-digital-y-combate-a-las-fake-news/
[17] Eduardo Martínez Gómez, “Alfabetización audiovisual en tiempos de la imagen digital,“ aulaplaneta, https://www.aulaplaneta.com/2018/04/05/novedades-aulaplaneta/alfabetizacion-audiovisual-en-tiempos-de-la-imagen-digital
[18] Iulian Vamanu, “Fake News and Propaganda: A Critical Discourse Research Perspective,” Open Information Science 3, no.1 (2019): 197-208.
[19] Doug Walton, Media argumentation: Dialectic, persuasion and rhetoric (Cambridge: Cambridge University Press, 2007), 48.
[20] Walton, Media argumentation, 80.
[21] EAVY, “Infographic: Beyond Fake News – 10 Types of Misleading News,“ EAVY, https://eavi.eu/beyond-fake-news-10-types-misleading-info/
[22] Paul Fairfield, “Lords of mendacity,“ en America’s Post-Truth Phenomenon: When Feelings and Opinions Trump Facts and Evidence, ed. por C. G. Prado (Praeger: Santa Barbara CA, 2018), 153-164.
[23] Redacción/Sin Embargo, “Cadáveres falsos, toques de queda… Las noticias falsas se acumulan en México durante la pandemia,“ Sin embargo, https://www.sinembargo.mx/15-04-2020/3768342
[24] Slavoj Zizek, “El coronavirus es un golpe al capitalismo al estilo de Kill Bill y podría conducir a la reinvención del comunismo,” en Sopa de Wuhan (Buenos Aires: ASPO, 2020), 21-29.
[25] Ruth Wodak y Michael Meyer, eds., Methods of critical discourse studies (London, Thousand Oaks and New Delhi: Sage, 2015), 2-21.
Referencias
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