Mariel Robles

Carta poética I, a SSG:

Con todo el amor y la ternura que habita en mi corazón, besé tus párpados, los mismos que adornan esos ojos marrones que tanto me encantan. Besé tu frente como símbolo de ternura y pacto de protección: mientras tú te encuentres entre mis brazos, puedes tener la certeza de que estarás a salvo, porque yo, amor mío, yo daría mi vida por tu cuidado. Besé tus mejillas con la suavidad que susurra un “te quiero, te adoro y te respeto”, porque el amor que te profeso sería incapaz de propinar golpe o herida sobre tu piel de seda. ¡Me caería el cielo y el infierno a manera de estaca sobre el pecho el día en que yo me atreva a poner de la rosa, un pétalo, sobre tu cuerpo! Besé tu nariz con sentimiento de picardía, porque sabía que estaba a un paso de probar de lo que tanto me abstenía: tus labios. ¡Oh sí! ¡Esos hermosos labios! ¿Es que acaso era tanta mi osadía? Porque tan solo el rozarlos se sentía como estar a punto de probar el más delicioso de los pecados. Desatabas por mi cuerpo un sinfín de sentimientos, provocando un cosquilleo en partes que ni yo misma conocía. 

Todo esto para caer en cuenta, que lejos de ser el pecado, eras la prueba del cielo; el dulce sabor y la suave textura de tus labios me hacía saber que Dios existe, yo recibía a Dios a través de tus labios, tu saliva era el agua bendita que purificaba todos mis pecados.

Si yo, simple mortal, he de vivir con algo, que por pan y vino sean tu saliva y esos labios, porque mi abrigo y mi hogar, está en tus brazos.

Carta poética III a SSG:

Estuve hurgando en los recuerdos, espero que no te moleste. Es solo que los vi tan olvidados que decidí quitarles un poco de polvo de encima.

Sacudí especialmente los que nos sacaron muchas sonrisas. Es inútil devolverles el brillo porque al final volverán a empolvarse y con un poco más de tiempo se perderán o romperán, pero mientras eso no sucede los he estado cuidando yo, justo como cuidaba de ti mientras dormías.

El hogar que dejaste entre mis brazos ha quedado tan abandonado que solo lo habitamos mi soledad y yo. Te espero y sé que no vas a llegar, te busco y sé que no te voy a encontrar, pero siendo sinceros, ¿cuándo te he encontrado?, ¿cuándo verdaderamente has estado?

Carta poética X a SSG:

Qué triste es saber que ahora no coleccionaremos más recuerdos, que somos dos extraños cuando nos vemos 

Por favor, no mates mis esperanzas, sigue alimentando a esta pobre soñadora, haz que mis latidos huyan detrás de ti, deja que mis ojos brillen una vez más por ti. Olvida mi promesa de dejarte ir, la vida es tan corta y mis ganas de amarte son tan grandes que me gustaría amarte una vez más antes de morir; morir de amor, morir de ti, morir de amor por ti.